AIKIDO

Aikido

La palabra japonesa Aikido se escribe con tres caracteres que se traducen como «el camino de la unidad con las fuerzas fundamentales del universo«.

El Aikido es un verdadero budo o Camino Marcial que se desarrolló como parte de la tradición histórica de las artes de los guerreros japoneses. Estudiado formalmente, el budo es más que una ciencia de la táctica y la auto-defensa. Es una disciplina para perfeccionar el espíritu.
O´Sensei
El Aikido fue desarrollado por Morihei Ueshiba, conocido como O’Sensei por más de un millón de practicantes de Aikido de todo el mundo. Aún joven fue un extraordinario practicante de artes marciales, un Maestro de la espada, de la vara, de la lanza y del arte del ju-jitsu. Pero O’Sensei tenía también un gran empuje espiritual y se desarrolló por encima de la futilidad de un camino basado en la victoria sobre los otros.

Viviendo una vida austera y de riguroso entrenamiento, luchó contra su dilema. Este se resolvió con un profundo despertar. Transformado por sus visiones espirituales, la maestría técnica de Ueshiba evolucionó en un arte marcial refinada y de sorprendente potencia con fundamentos distintos de aquellos de donde procedía.

Ueshiba escribió, «el secreto del Aikido es armonizar con el movimiento del universo y unirse con el universo mismo». O’Sensei sostenía que el budo es un trabajo de amor, un camino para sobreponerse a uno mismo y traer paz al mundo, «hacer del corazón del universo nuestro propio corazón». Siempre ha habido visionarios de intuición sobresaliente pero O’Sensei enseñó que la verdadera conciencia no se alcanza solo con el intelecto. «Esto no es solo teoría» dijo. «Deben practicar».

Morihei Ueshiba, O’Sensei (1883-1969) fue un gran practicante de artes marciales. Incluso a los ochenta años podía desarmar a cualquier adversario, derribar cualquier número de atacantes e inmovilizar a un oponente con un solo dedo. Si bien invencible como guerrero, era un hombre de paz que detestaba la pelea y cualquier tipo de violencia. Su camino fue el Aikido, que puede ser traducido como «El Arte de la Paz».

El Arte de la Paz es una ideal, pero se desarrolló en la vida real en muchos frentes. En su juventud Morihei fue soldado durante la guerra Ruso-Japonesa luego combatió contra piratas y bandidos durante una gran aventura en Mongolia y después, luego de dominar numerosas artes marciales, sirvió como instructor en una academia japonesa de elite. Sin embargo a lo largo de su vida, Morihei estuvo sumamente perturbado por las luchas y contiendas que atormentaban su mundo: las luchas de su padre con políticos corruptos, la devastación de las guerras, y la brutalidad de los líderes políticos de su país.

La búsqueda espiritual de Ueshiba fue transformada por tres visiones que ocurrieron en 1925, 1940 y 1942. Luego de esta última Morihei se recluyó en el campo y dedicó a partir de ese momento, cada minuto de su vida, a refinar y propagar el Aikido, el «Arte de la Paz».

El libro de los cinco anillosA diferencia de otros clásicos como El Arte de la Guerra y el Libro de los Cinco Anillos, que aceptan la inevitabilidad de la guerra y enfatizan la estrategia hábil como significado de la victoria, Morihei entendió que la lucha continua Ðcon otros, nosotros mismos y el entorno- arruinaría la tierra. Morihei enseñó El Arte de la Paz como una disciplina creativa de mente y cuerpo con significados prácticos para manejar la agresión y como una forma de vida que sostiene la intrepidez, la sabiduría, el amor y la amistad..

Si bien el Aikido se originó con Morihei en Japón, su intención era que fuera un regalo para toda la humanidad. Algunos han elegido o lo harán en el futuro, el Aikido como su propio Camino, practicando en los tatamis y aplicándolo a su vida diaria. Muchos han sido y serán inspirados por el mensaje universal del Arte de la Paz y sus implicaciones para nuestro mundo.

El hijo de O’Sensei, Kisshomaru Ueshiba, fue elegido para suceder a su padre como Aiki Doshu el 14 de Junio de 1970 y se dedicó a continuar la difusión del Aikido por todo el mundo. Falleció el 4 de enero de 1999. Hoy lo sucede su hijo Moriteru como responsable de Hombu.